El Capital Social es el punto de partida de cualquier sociedad de capital, ya sea sociedad limitada o sociedad anónima (las dos más comunes), y se crea a través de las aportaciones de los socios.
Tiene tres funciones primordiales, que son, en primer lugar, la de definir el porcentaje del que será propietario cada socio de la empresa, en segundo lugar (sobre todo al principio de la creación de la sociedad) servir como motor para realizar las operaciones mercantiles de la empresa y, en tercer lugar, y en la que prestaremos más atención en este artículo, la de servir como cifra de referencia patrimonial de la empresa.
En relación a la primera de las funciones, será relevante para el hecho de establecer qué poder quiere (y le permiten) asumir cada socio respecto de los demás, ya que el porcentaje que se posea del capital social será clave para tener más poder en las decisiones que se tomen en la Junta General (hay algunas decisiones como la modificación de estatutos en los que incluso se solicita una mayoría reforzada para su aprobación), dependiendo de si se es socio mayoritario, socio minoritario, y, dentro de estos, si se tiene el porcentaje suficiente para hacer valer determinados derechos societarios.
En segundo lugar, respecto de su utilización, en un primer momento será nuestro motor para iniciar la andadura empresarial, ya que, recordemos, el fin de las sociedades de capital es separar, precisamente, el patrimonio y responsabilidades de la empresa al de los socios que la componen. Por este motivo incluso la sociedad limitada unipersonal y la sociedad anónima unipersonal deben tener el capital social debidamente constituido. Aunque es cierto, y sobre todo en las sociedades de responsabilidad limitada, que se suelen constituir con el límite mínimo legal, que esta función patrimonial ha ido diluyéndose porque se suele operar con otras vías de financiación.
Y por último, y objetivo principal de este post, es servir como “parapeto” o como límite mínimo que una empresa debe tener siempre a su disposición, sirviendo de parámetro para saber si una empresa se encuentra en causa de disolución, por ejemplo.
Diferencia entre causa de disolución y estado de insolvencia
En este punto es importante distinguir entre causa de disolución y causa de insolvencia, ya que ante la duda de como disolver una sociedad limitada con deudas, muy a menudo estas dos cuestiones se entremezclan, confundiéndose su significado.
En primer lugar, el artículo 363 de la Ley de Sociedades de Capital informa que será causa de disolución las pérdidas que dejen reducido el patrimonio de la empresa a una cantidad inferior a la mitad del capital social, a no ser que se aumente o se reduzca y siempre que la empresa no esté en causa de concurso. Este artículo ya nos da una pista de que estar en causa de disolución y concurso de acreedores no es lo mismo. Por ello es recomendable elegir bien qué capital social inicial aportar a la empresa, porque un capital social demasiado elevado al principio nos puede hacer entrar en causa de disolución con mayor facilidad.
Por su parte, la Ley Concursal nos indica que se estará en estado de insolvencia actual cuando no se puedan afrontar regularmente las obligaciones exigibles y será inminente la insolvencia cuando se prevea que no se podrán afrontar en los próximos tres meses, lo que no quiera decir que tenga que necesariamente estar el patrimonio de la empresa por debajo de la mitad del capital social inicial, sino que puede ocurrir, y de hecho es muy frecuente, que se de situación de insolvencia sin estar en causa de disolución.
En lo que si se asemejan los dos conceptos es en la derivación de responsabilidad al administrador si no se ataja dichas situaciones a tiempo, pudiendo tener la obligación, por no cumplir el deber de bien disolver la empresa, bien de solicitar concurso de acreedores, de pagar con tu patrimonio personal las deudas sociales.
Es fundamental contar con asesoramiento mercantil cuando tu empresa está pasando por un mal momento, por lo que si quieres saber como disolver una sociedad limitada o anónima con deudas, o saber si tu empresa está en causa de disolución o de concurso de acreedores, no dudes en ponerte en contacto con nosotros, en Vidal&Alvarez Abogados, encontraremos una solución.
