Nuestro trabajo supone uno de los tesoros de nuestra vida. Lo cuidamos y lo mimamos para obtener los mejores resultados profesionales. No obstante, en ocasiones, nuestro esfuerzo no obtiene la recompensa merecida. Una decisión empresarial puede suponer un traspiés importante en nuestros planes y en nuestros objetivos inmediatos. Una reacción rápida es esencial para obtener el mayor rédito.
La problemática laboral, un mundo especializado
Los problemas laborales pueden ser de muy diversa índole. Y curiosamente pueden producirse antes de pisar nuestro centro de trabajo. El artículo 156.2 a) del Real Decreto Legislativo 8/2015, de 30 de octubre, por el que se aprueba el texto refundido de la Ley General de la Seguridad Social considera como accidente de trabajo aquel que se produzca al ir o volver del trabajo. Es el conocido como accidente in itinere.
Para su consideración, la jurisprudencia ha establecido una serie de “elementos”, perfilando de esta manera su definición. El camino a casa / trabajo ha de ser el habitual (elemento geográfico) y la finalidad debe ser precisamente el trabajo (es el llamado elemento teleológico). El tiempo es otro factor decisivo a tener en cuenta: las interrupciones para otras gestiones diferentes a las estrictamente laborales pueden condicionar el supuesto de hecho (elemento cronológico). El medio de transporte utilizado por el trabajador debe ser el habitual: coche, moto o transporte público (elemento de idoneidad del medio). Todos esos elementos deben concurrir en el supuesto de hecho para su consideración como in itinere, por el contrario se producirá lo que se llama “la ruptura del nexo causal” y se calificará como accidente no laboral.
Posibilidad de tarifa plana
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