Vender todo aquello que no necesites y ganar un pellizco de dinero siempre es una buena opción. ¿Quién no se ha cansado de un disco antiguo, una camisa que no se pone o una radio del siglo pasado? Todos. Para ello, han surgido diversas aplicaciones móviles que facilitan la compraventa de estos artículos. Una de ellas es Wallapop, que ha experimentado una enorme popularidad durante los últimos años.
Realizar el intercambio a través de la app siempre ha sido sencillo, pero ahora tendrá una dificultad añadida porque Hacienda, ha puesto sobre la mesa la obligación de pasar por caja en la Agencia Tributaria. Esta compraventa de productos, está gravada con el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales, que en la mayoría de comunidades, es del 4%.
Hacienda recuerda que este impuesto es obligatorio cuando se realiza una compraventa en esta app. Da igual qué artículo sea, se tiene que abonar. Wallapop informa a sus usuarios de la obligación que tienen de pasar por la Agencia Tributaria: “Cuando se compromete a comprar un producto está suscribiendo un contrato de compraventa; el usuario deberá tener en cuenta que al adquirir está considerado sujeto pasivo del Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales, obligándole a mantener a Wallapop totalmente indemne en caso de no dar cumplimiento a dicha obligación”. El consejero delegado y cofundador de la compañía, Agustín Gómez, ha criticado a través de Twitter este impuesto: “Una pena gravar el consumo sostenible”.
Una de las dudas que ha surgido ante esta situación, versa sobre el papel de las plataformas como recaudadoras de este impuesto. Desde Wallapop, ven complicado aplicar esa recaudación como plataforma de este impuesto porque el marco legal no deja claro qué importes deberían cobrarse. Las transacciones a través de esta app se realizan en persona y en efectivo, por lo que la plataforma desconoce cuál es el importe final abonado.
Sin embargo, la compañía está dispuesta a ayudar y colaborar con las autoridades para hacer algo en la normativa acorde a la nueva realidad. Un asunto delicado que ha sorprendido a todos, pero ya se sabe: Hacienda somos todos.