Para acudir al trabajo, para llevar a los más pequeños al colegio o para ir a la universidad. Estos son algunos de los ejemplos por los que decidimos coger un autobús y desplazarnos más rápida y cómodamente hasta nuestro destino.
Aparcar en las grandes ciudades se ha convertido en una acción más que difícil y el uso del transporte público se ha visto incrementado en los últimos tiempos, en parte, por este motivo. Numerosas veces encontramos que el conductor del autobús o los demás conductores no respetan las normas de tráfico y, a causa de ello, surgen accidentes en muchos casos de gravedad.
¿Qué ocurre si hay un accidente y estamos unos días de baja por alguna rotura? El transportista tiene una responsabilidad que la ley cubre por medio de un seguro de contratación obligatoria: el denominado Seguro Obligatorio de Viajeros (SOV). Este seguro cubre los daños corporales que puedan padecer todos los viajeros del transporte público. En caso de requerirlo, nos dará derecho a percibir las indemnizaciones correspondientes y la asistencia sanitaria en caso de incapacidad temporal, permanente o fallecimiento.
Este seguro cubre las lesiones corporales que sufran los viajeros a causa de un choque, alcance, vuelco, salida de la calzada, incendio, explosión o golpe exterior, entre otros. Se excluye a los asegurados que provoquen los accidentes en estado de embriaguez o bajo efectos de las drogas, estimulantes o estupefacientes. Dependiendo del grado de la lesión, el seguro dará derecho a asistencia sanitaria e indemnizaciones.
Será necesario que el accidente se produzca dentro del medio de transporte, aunque no se haya iniciado el viaje. Para tener derecho a las coberturas del SOV en caso de accidentes, deberemos tener el billete salvo:
Que por circunstancias del accidente sea posible que se haya perdido, que los afectados sean menores de edad que estén excluidos del pago del billete, quienes estarán también asegurados. Que se trate del personal de la empresa que realiza viajes dirigidos al mantenimiento del vehículo o personal de la administración que realice funciones de control durante el viaje.
En el momento del accidente, el viajero asegurado o sus beneficiarios deberán dar aviso a la empresa en cuyo vehículo se haya producido el incidente o al personal de la empresa que preste servicio en medios de transporte o bien, esté al frente de administraciones o instalaciones.
El asegurado deberá probar que los daños corporales sufridos han sido por el accidente. Podrán aportar certificados médicos o la certificación emitida por el Registro Civil en caso de fallecimiento.
Por ello, debemos recabar toda la información necesaria que pueda ser de utilidad, como datos del conductor, del vehículo y obtener testigos.
El seguro cubre las lesiones que no requieren hospitalización o un tratamiento hasta las 72 horas siguientes al accidente. Todo esto cambia, si el viajero dispone de un seguro que cubra el accidente, ya que la asistencia se prolongará hasta 10 días en este caso. En los demás casos, la asistencia durará 90 días.
El SOV no cubre daños materiales, pero no significa que no se puedan reclamar estos daños, únicamente que no se hará a través de este seguro.
Toda esta información es relevante y conviene conocerla. No sabemos cuándo podremos hacer uso de esta información, ya que en algunas ocasiones el exceso de velocidad y las distracciones pasan factura.